El álbum debut de Los Borrascosos (Santiago Guzman guitarra y voz, Sebastián Cardacci teclados y coros, Horacio Cardama bajo, Diego Schmid batería, guitarras y coros y Luciano Cristóbal guitarras) es un subidón anímico garantizado: pop optimista, guitarrero y luminoso (créditos a Matu Naso, responsable de mezcla y máster del disco). Un sonido ultra-manchesteriano y amablemente psicodélico, con pegadizos motivos de teclados que se amalgaman a la perfección con los hipnóticos arpegios y riffs de guitarra, creando la sensación de un colchón de nubes sonoro, reconfortante, llevadero y lejos de tierra firme.
Al sonido celestial lo acompañan letras igual de positivas y buena-onda: ya el primer tema, ‘Alguien te está esperando’, dice “corre por mis venas el encanto de vivir” y “si está ese infierno yo sé que lo puedo atravesar porque lo que busco está más allá”, coronando el entusiasmo con el ataque guitarrero super rocker que cierra el tema, un arranque a todo culo que hace que sea primavera todo el año. Sigue con ‘Comenzar’, otro hitazo que habla de “renunciar a todas las cosas que oscurecen mi pensar”, y tiene uno de los mejores momentos del disco: un punteo de guitarra cuasi-arabesco estilo The Byrds que arremete con ímpetu en el segundo estribillo.
Otra colección de hits (por nombrar dos más: la bellísima ‘Una vida real’ y el rock paranoide ‘Una voz que me sigue’, pareja cancionera que despide el disco).

Reseña: Joaquín Lema Huergo